El medio día del 12 de marzo fue el elegido por esta pareja, dos mierenses de pro, que tenían claro qué reportaje querían para inmortalizar su enlace, y así lo concretamos.
La ceremonia sería elegante a la par que sobria, el el Convento de los Padres Pasionistas de Mieres, con el gran Coro Minero de Turón para acompañar, y el fenomenal trabajo de Floristería Entre Manzanos
Tras la ceremonia, mientras los invitados se dirigían al banquete al Restaurante De Labra en Oviedo, nos dirigimos al bello entorno de la Iglesia de los Mártires de Valdecuna, en el Valle de Cuna y Cenera, lugar de muy especial significado para los mierenses pues allí se celebra todos los 27 de setiembre la festividad de San Cosme y San Damián con la Romería popularizada por Victor Manuel, que además es fiesta en todo el municipio y de Interés Turístico Regional.
Los días previos eran típicos en la zona, muy grises con luz apagada, pero por suerte para los novios e invitados, y complicación extra para mí, ese sábado quiso aparecer Lorenzo con una fuerza poco habitual en esta época, así que tras unas tomas panorámicas recién llegados, con elevados contrastes tonales, en seguida los llevé a los soportales de la Iglesia, donde pudimos hacer varias tomas, en las que poco a poco se fueron soltando, y tuvimos algún momento de grato recuerdo, risas incluidas.
Raudos y veloces, nos dirigimos al Restaurante, dónde los invitados esperaban en tertulia, bien suministrados de ágapes previos al banquete. El entorno era inmejorable, con amplios salones y estupendo jardín donde amenizaban la espera. Cuando llegué junto a los novios, hice unas instantáneas para el recuerdo de novios e invitados, tal y como habíamos acordado, y allí los dejé, disfrutando de ese día tan especial para ellos y aseguro que «prestosu» para mí.
Gracias a Elisabet y Héctor por permitirme acompañarles.